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| Comenzando el día temprano, cargando las cajitas. |
Un domingo feliz del mes de noviembre del 2001, en perfecta sincronía con el repicar de la marcha de nuestros quehaceres universitarios, la Iglesia de Los Castaños comenzaba la versión 2001 de la joven campaña “Cajas de Pascua”.
Envalentonados por nuestras hormonas veinteañeras, inflamos los pulmones y enfilamos erguidos a la “zona del compromiso”. Mientras la fila avanzaba los ágiles dedos sacaban cuentas para afinar el cálculo y definir cuantas decenas de Cajas estábamos dispuestos a comprometer.
“3 cajitas de 5 personas por favor” dijo una voz temerosa y llena de incertidumbres. Mientras la imagen de nuestras vacaciones se desvanecía frente a la posibilidad de que los fondos externos nunca llegaran. “La lista de la comida está en el costado” dijo decidida la señora detrás del mesón, mientras esbozaba una sonrisa que no pude descifrar.
El proyecto “Amigos y Cajitas de Pascua” comenzaba sin programación y sin fondos, pero con muchas ganas de crecer. En el principio, nos repartimos la lista entre todos y sumando pequeños esfuerzos logramos hacer las 3 cajitas comprometidas. Luego sumamos más cajitas y con ellas, más amigos. Y con el correr de los años llegamos a 10 cajitas de pascua con la Iglesia.
Fue recién en el 2008 cuando decidimos saltar a las ligas mayores.
Fue un paso importantísimo y lleno de incertidumbre, nos comprometimos con 50 familias y nosotros debíamos coordinar todo. El trabajo de organización y coordinación era intenso, pero no podía compararse con la presión que significa estar a cargo de la “comida de navidad” de 50 familias. Si fallábamos, si llegábamos tarde, si había un error, muchas personas que esperaban recibir esta ayuda, iban a estar tremendamente desilusionadas y tristes.
Y adivinen qué pasó. ¡Fue todo un éxito! La entrega fue un poco lenta, pero nos dio tiempo de conversar y conocer a nuestros protegidos y su realidad. Frente al rotundo éxito de la campaña, decidimos seguir cada año aumentando la cantidad de familias, personas y calidad de nuestra ayuda y gestión. Soñábamos en ese entonces algún día llegar al número 100…100 FAMILIAS es una meta ambiciosa pero posible.
Si nos esforzábamos, si dejábamos de lado nuestras voluntades por sólo un par de meses, si aunábamos fuerzas, si realmente queríamos alegrar a 500 personas, solo había que decir que sí.
Y así fue como la frase dejó de ser un condicional para transformarse en una afirmación:
¡Sí nos esforzamos, sí dejamos de lado, sí aunamos fuerzas, sí queremos alegrar a 500 amigos!
El año 2010 llegamos a la ambiciosa meta de 100 Familias con un promedio de 5 personas por familia. Qué alegría saber que éramos capaces. Qué alegría poder rodearse de este nivel de amigos que compartimos. Qué alegría poder entregar alegría.
Este año 2011 queríamos mantener la cantidad de familias y poder mejorar de manera radical nuestra gestión, por lo que pedimos la selección de sólo 100 familias, para evitar el constante crecimiento que siempre nos presenta nuevos desafíos y nuevas complicaciones.
Pero hay cosas que no pueden ser controladas y simplemente crecen. Las familias inscritas tenían un promedio de 7 integrantes, por lo que alcanzamos un total de 700 personas, aumentando la campaña en un 40%. Y adivinen qué pasó…
¡Fue otro tremendo éxito! El Viejo Pascuero entregó personalmente su regalo a cada uno de los 180 niños menores de 13 años. ¡Un lujo!
Las familias vieron la gran calidad de las cajitas, que están pensadas para ayudarles con la alimentación de varios días, además de la noche de Navidad. Simplemente espectacular.
¿Quiénes somos? Somos un puñado de amigos afortunados, que al juntarse recibe un montón de ayuda de alguien que para mí se llama Dios.
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| Juan Andrés Jeffs Coordinador General |
